Tres semanas antes de la fecha planeada para su lanzamiento, el 27 de enero de 1967, durante un ensayo del lanzamiento en la estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, en Florida, EE.UU., al incendiarse la cabina del Apolo 1, murieron los astronautas estadounidenses Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee.
La misión Apolo 1 sería la primera prueba en órbita terrestre del módulo de mando y servicio, como parte de la carrera espacial cuyo objetivo final consistía en lograr un alunizaje tripulado sobre la Luna… antes que los Rusos.
Inmediatamente después del incendio, la NASA llevó a cabo una minuciosa investigación,
y se determinó que la fuente del incendio fue una falla eléctrica, y el fuego se había
propagado rápidamente debido al material de nylon combustible y a la atmósfera de la
cabina de oxígeno puro a alta presión.
El rescate se vio impedido debido a que la escotilla no podía abrirse por la presión
interna de la cabina. La prueba no se había considerado peligrosa pues el cohete no
llevaba combustible, por lo que la preparación para emergencias era deficiente.
Los vuelos y pruebas tripuladas se suspendieron durante veinte meses mientras se
solucionaron los peligros del módulo de mando, aunque las pruebas sin tripulación de la
nave Apolo, del módulo lunar y del cohete Saturno V continuaron.
Ciencia y Cultura, hasta la sepultura.
Soy Victor García de la Hoz, hasta la próxima.

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