Hoy, 21 de diciembre, en el solsticio de invierno, el Sol alcanza su posición más al sur en el cielo, sin importar en qué lugar de la Tierra nos encontremos.
En el hemisferio norte, el Sol recorre su camino más bajo y más corto a través del cielo precisamente en este día. Así, en el norte, el solsticio trae el día más corto del año, y -obviamente- en términos de horas de luz solar, la noche más larga también, y con este hecho se marca el inicio del Invierno; así, a lo largo del año, en el equinoccio de Primavera los días duran lo mismo que la
noche, en el solsticio de Verano la noche será más corta que el día, y en el equinoccio de otoño, nuevamente dic y noche duran lo mismo.
El cambio de altura del Sol en el cielo a lo largo del año es causado por lainclinación de la Tierra en su órbita alrededor del Sol. La inclinación hace que la cantidad de luz solar que recibe cada hemisferio suba y baje (aumente o disminuya) en el ciclo anual de las estaciones. En invierno bajan las temperaturas pues se recibe menos luz.
Por otro lado, en el hemisferio sur comienza el verano. La explicación del fenómeno es similar a la del Solsticio de Invierno en el hemisferio norte, pero a la inversa. Por la posición de la Tierra, las regiones septentrionales se aproximan más al Sol, reciben mayor exposición a los rayos de nuestra
estrella y se produce el día más largo del año. Como resultado, también, las temperaturas aumentan.
Entre los Aztecas
En este día, los aztecas realizaban un culto en honor al dios Huitzilopochtli, el Niño Sol, al que simbólicamente llamaban “colibrí del sur” o “colibrí izquierdo”. Recordemos que se trata de la principal deidad de los mexicas, por lo que la fiesta de su nacimiento debe haber sido realmente especial.
La ceremonia iniciaba por la noche y seguía hasta el día siguiente, había fiesta en todas las casas, se obsequiaba comida a los invitados y unas estatuillas o ídolos pequeños hechos de maíz azul, tostado y molido, mezclado con miel negra de maguey.
Se comenzaba con una carrera encabezada por un corredor quien cargaba una figura de Huitzilopochtli hecha con amaranto y que llevaba en la cabeza una bandera (pantli) de color azul. Iniciaba en la Huey Teocali (Gran Casa del Sol) y llegaba hasta Tacubaya, Coyohacan (Coyoacán) y Huitzilopochco (Churubusco). Detrás del portador de esta imagen corría una multitud que se había
preparado con ayuno.
Durante el Solsticio de Invierno (21 de diciembre), el sol ya había recorrido la bóveda celeste y había muerto. El Niño Sol se iba a Mictlán (Lugar de los Muertos) donde transmutaba en forma de colibrí para regresar al origen. Casualmente (o no), el 25 de diciembre era el día en que el sol resurgía de Malinalco, en medio de una serie de rituales y danzas.
Justo en esas fechas, ocurrían otros actos ceremoniales: los indígenas instalaban pantli de papel amate a todos los árboles frutales y plantas comestibles de la temporada. En el día de la fiesta se curaban todos los árboles y se les ofrendaba pulque (octli) y tortillas (tlaxcalli), como muestra de agradecimiento a lo cosechado durante el año.
Lamentablemente esta celebración fue tergiversada y prohibida por los frailes evangelizadores. Hoy, más allá de su significado ritual, nos recuerda que la importancia de estas fechas reside en dar, compartir y agradecer, a la Madre Tierra y a nuestros hermanos, todo lo que hemos recibido de ellos.
Ciencia y Cultura, hasta la sepultura.
Soy Victor M García de la Hoz, hasta la próxima
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