El año 2018 se consolidará como el año en que la consciencia ecológica llevó a impulsar una campaña para eliminar el uso de popotes, sin embargo, la pregunta es si esta medida realmente aporta una ayuda elemental para combatir la contaminación por plástico en el mundo.
El reto, según especialistas, no es únicamente dejar de usar popotes, si no realizar acciones integrales que impidan que la basura plástica deje de llegar a los mares o contamine la tierra, ya que de lo contrario el problema de la basura plástica seguirá siento tema para el futuro.
Sin duda, el video en el que a una tortuga le sacan un popote de la nariz fue el detonador para que años después iniciara una fuerte campaña mundial contra este dispositivo popular para bebidas y malteadas.
El resultado fue una serie de acciones en las que empresas como gobiernos se dieron a la tarea de fomentar una consciencia para evitar el uso de este dispositivo, el cual según estimaciones de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), genera hasta 49 mil 724 toneladas de basura en México.
La dependencia lanzó la campaña “Sin popote está Bien”, el pasado 1 de junio del presente año.
Tras este anuncio, diversas empresas anunciaron medidas alternativas para ofrecer sus productos, y algunas marcas de café, por ejemplo, cambiaron sus tapas de nitro de 3.55 gramos por unas nuevas de 4.11 gramos para suplir el popote.
A primera vista uno podría pensar que la medida representa una acción en favor del medio ambiente al dejar de emitir popotes, pero la cantidad de plástico que se tira a la basura aumentó.
Ante este hecho, lo indispensable es hacer una verdadera consciencia sobre cuanta basura plástica generamos en el mundo, y que hoy han derivado en la generación de por lo menos cinco islas de plástico de las cuales la más grande se encuentra al norte del Océano Pacífico y mide por lo menos tres veces Francia, según la ONG internacional “The Ocean Clean Up”.
En México, el subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental de la Semarnat, Jorge Carlos Hurtado Valdez, destacó que en el país se generan 117 mil toneladas diarias de basura, de las que el 12 por ciento son residuos plásticos.
A ello se suma el hecho de que de los 43 millones de toneladas de residuos sólidos que se generan a diario, únicamente se recicla el 9.76 por ciento.
Lo anterior nos lleva a tratar de visualizar cuál es el verdadero problema, que no necesariamente tiene que ver con los popotes, sino con el resto de los plásticos que desechamos y con los que generamos una huella ecológica difícil de borrar.
El director del Copenhagen Consensus Center (CCC), Bjorn Lomborg, cuestionó que las medidas para combatir el uso de popotes representen una verdadera opción para resolver el problema de la contaminación por plásticos.
En su cuenta de Facebook, el ecologista aseguró que una verdadera acción para hacer frente a este problema consistiría en una estrategia integral que permita que no sólo los popotes, sino todo el combo de plástico utilizado con el popote sea sustituido o en su defecto reciclado de manera eficiente.
Carlos Galindo Leal, director general de Comunicación de la Ciencia de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), advirtió que “vivimos la época más hedonista de la historia de la humanidad”.
Explicó que ello se debe a que hoy la modernidad nos ha facilitado el acceso a todo lo que necesitamos “casi de manera instantánea y con el simple hecho de extender la mano y sacar algo del refrigerador”.
Autoridades como el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, han optado por sugerir “si no puedes reusarlo, rehúsalo”, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente celebrado el pasado 5 de junio.
Dicho comentario fue hecho precisamente ante la situación que viven países como Alemania, el cual, a pesar de ser un líder mundial en materia de reciclaje, también resulta ser el líder del uso excesivo de plástico.
En ese sentido, el representante de la Agencia Ayuda para el Medio Ambiente en Alemania, Thomas Fischer, reveló en entrevista para Deutschlandfunk que un consumidor alemán usa unos 220 kilogramos de empaques de plástico.
En concreto, con 18.2 millones de toneladas, Alemania supera a sus vecinos europeos en la producción de plásticos en 20 por ciento, lo que nuevamente nos debe llevar a pensar si de verdad las acciones que estamos tomando son las adecuadas, reveló Fischer.
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