La nueva integrante de la familia de las jirafas que habita en el Zoológico de Chapultepec ya tiene nombre. Tras una semana de votación, la ciudadanía que votó a través de las redes sociales decidió nombrarla Sicarú, que significa belleza o hermosa. Durante los siete días que duró la encuesta, publicada en la cuenta oficial de Twitter de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, se recibieron 4 mil 638 votos, de los cuales el 45 por ciento votó por Sicarú.
El 30.7 por ciento votó por el nombre Iyali que significa corazón de tierra, el 15.4 por ciento por el nombre Sara y 8.9 por ciento eligió el nombre Yareth que significa vivir en el aire. El detalle de la encuesta se puede consultar en el siguiente link: https://twitter.com/SEDEMA_CDMX/status/1210664559280717825?s=20.
Desde el 23 de octubre del año pasado, Alejandro González es el responsable de los cuidados de Sicarú y de las demás jirafas. En sus 25 años de experiencia, ha presenciado diversos nacimientos de esta especie. Cada uno de ellos ha sido especial para él: “Es como si viéramos nacer a nuestros hijos desde chiquitos y estamos con ellos. Ahorita con ella estoy pegado todo el tiempo, al 100 por ciento, para atender asuntos de limpieza, comida y cuidados».
Alejandro reconoce que ya se encariñó con Sicarúa, aunque también con Jirafifita, quien nació en marzo de 2019, y con la familia entera: «Estoy barriendo y nada más me están viendo, me están observando. Yo me acerco más a Sicarú, la más pequeña y ella también se acerca más, para acariciarla».
Comenta que la nueva integrante de la familia, hija de Fortunata una de las jirafas más longevas en los zoológicos de la Ciudad de México, está muy bien adaptada al grupo. «Se lleva muy bien con todas, es una alegría, por eso yo le pido a la gente que vengan a conocerla aquí al Zoológico de Chapultepec. Por ahora sigue alimentándose a través de su mamá, pero comienza a comer un poco de alfalfa achicalada y un poco de grano», precisa el cuidador.
Alejandro recuerda que como a las ocho de mañana, del 23 de octubre de 2019, vio nacer a Sicarú y «fue una experiencia inolvidable». Señala que por 40 días se aisló a la mamá con la cría para observar todos sus movimientos y el equipo de médicos veterinarios y cuidadores se cercioraron de que Fortunata alimentara a Sicarú.
“Estar con esta familia de jirafas es lo que me gusta más, convivir con los ejemplares porque es una experiencia muy bonita que la verdad no nada más es decir vengo y voy a darles de comer o a barrer, hay que saber estar con estos ejemplares, hay que saber hacer la limpieza en su albergue y la experiencia que tenemos a diario con todos es maravillosa», agrega.
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