Por Samer Naime Ferguson
A mediados de marzo llegó a cines Mi amigo robot, una película de animación española dirigida por Pablo Berger, que se estrenó en el festival de Cannes del 2023 e hizo ruido en las redes sociales por múltiples influencers que no dejaron de reiterar lo conmovedora que era la historia y la tierna forma en la que trata la amistad y el amor.
Por ello, al poco tiempo de su estreno, fui a verla. Estaba un tanto escéptico debido al inflado puesto que suelen imponerle las redes sociales a algunas películas, sin embargo, fue una grata sorpresa encontrarme con esta animación, a simple vista infantil, pues generó empatía con el espectador por sus personajes y problemáticas que presenta en sus imágenes y secuencias, creó vínculos emocionales, cosa que Past Lives no logra concretar porque no resultan verosímiles las mismas problemáticas por lo acartonado y hasta cierto punto “tramposo” de su guion.
La historia de Mi amigo robot es la aventura de un perro neoyorquino que debido a la soledad que siente decide comprarse un robot amigable con quien compartir gustos y actividades. En esta historia, el retrato de su amistad logra ser entrañable para cualquier espectador ya que, por un lado, la música que ambienta sus escenas las hace memorables, por el otro, las secuencias de situaciones que afrontan cada personaje y, finalmente, “el ángel” de los protagonistas de esta historia que enternecen por su ingenuidad en su camino.
Más allá de la historia, el mérito que tiene la animación de Berger es tratar un tema que parece sencillo pero que al profundizar resulta complejo como lo es el amor entre amigos, ya que plantea lo que significa el afecto, la devoción y el cariño con quien descubres compartir mismos gustos, y no es como en otras películas, que al intentar esbozar el mismo tema lo rebajan a historias trilladas, o que, por otro lado, lo elevan a relatos inaccesibles al espectador. A primera vista, es un mérito que parece fácil, pero pocas veces uno sale de la sala de cine para encontrarse con las conversaciones de la gente recordando las escenas que más les gustaron o contrastando sus puntos de vista con tanto entusiasmo.
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