Solidaridad absoluta con Reforma, Letras Libres, Nexos, Latinus y otros medios y comunicadores ante las recientes críticas, insultos y descalificaciones emitidas por el jefe del Ejecutivo
En México el ejercicio periodístico es, desde hace tiempo, un oficio de elevado riesgo para aquellos que lo ejercen.
A lo anterior debemos agregar, a partir de la llegada del gobierno actual al poder, ataques directos del presidente a los medios que, en ejercicio de la libertad que les garantiza la Constitución, cuestionan y critican los actos de gobierno.
La democracia requiere medios que puedan cumplir su labor de manera libre y sean capaces de ejercer su derecho a la crítica al poder sin que ello implique amenazas del poder Ejecutivo.
Sin embargo, el embate autoritario que vive México y la polarización de la vida nacional han generado un escenario en el cual, el presidente de la República y su aparato de comunicación, emprenden un golpeteo constante en contra de aquellas publicaciones y comunicadores que les resultan incómodos.
Hemos visto, por ejemplo, el uso de la Secretaría de la Función Pública para sancionar a la Revista Nexos, más por su línea editorial que por un proceso administrativo que, a todas luces, es por lo menos, opaco.
También conocimos las acusaciones contra la revista Letras Libres por sus contratos, legítimos y legales, con gobiernos anteriores al actual y que son presentados como actos de corrupción, sin fundamento.
Pudimos ver también al presidente, desde su tribuna mañanera, exigir que los periodistas Víctor Trujillo y Carlos Loret transparenten los ingresos con los que realizan su labor, desde el medio Latinus, donde realizan un trabajo periodístico que ha exhibido múltiples fallas de la actual administración, incluidos actos de corrupción de la propia familia presidencial en los que hasta el jefe del Ejecutivo pudiera verse involucrado.
Recientemente, también desde la tribuna mañanera, el presidente calificó al diario Reforma “pasquín inmundo” por un reportaje en el que exhibe un presunto desvío de recursos que podría involucrar a su cuñada y que derivó en la renuncia de todo el Cabildo de Macuspana, Tabasco.
Estos actos, violatorios de la constitución, son un botón de muestra de la ofensiva del jefe del Ejecutivo, hacia los medios que ejercen su derecho a la libertad de expresión y ponen en riesgo la libertad de prensa, la libertad de expresión y, con ello, la democracia.
El periodismo no está para lisonjear al poder, está para exhibir sus abusos y ayudar a generar límites al mismo desde función informadora.
Mantenernos callados ante estos ataques sería un acto de complicidad que, además, tarde o temprano terminaría revirtiéndose en nuestra contra.
Por ello, los abajo firmantes, colaboradoras y colaboradores de Observatorio Ciudadano, condenamos abierta y enérgicamente los ataques del presidente a medios y comunicadores, nos solidarizamos con aquellos que han sido agredidos, insultados y descalificados por su valiosa y valiente labor periodística.
Convocamos a otros medios de comunicación a una Jornada Nacional en Defensa de la Libertad de Prensa el próximo lunes 14 de septiembre, en donde cada uno, en nuestros propios términos, alcemos la voz para defender las voces de todas y todos y el derecho a la información de los ciudadanos.

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