Ana Teresa Aranda Orozco
Así está el país, así estamos. La llamada no rifa del avión presidencial, ordenada por el no jefe del estado mexicano, casado con la no primera dama, nos está pintando de cuerpo entero. Un cachito de verdad, el pedacito de papel que representa el boleto, que tiene detrás mil cachitos de mentiras.
Porque la neta, la neta, es que el avión no es el premio y es que de los tres mil millones que se pensaban recuperar con lo recaudado, sólo se han rescatado 1,500 y estoy sumando los quinientos millones procedentes de incautaciones que la “autónoma” Fiscalía General de la República donó ilegalmente a López, pero ese no es ni siquiera el monto que se tiene que pagar en premios y a eso hay que restarle la comisión para los vendedores de la Lotería que son alrededor de 200 millones. Las cuentas se complican al extremo cuando se ha prometido que mil millones serán para comprar equipo e insumos médicos, 900 millones para completar el avalúo del avión y que 400 millones irán a la Fuerza Aérea servirán para pagar el mantenimiento del avión durante dos años.
Si a esta danza de los millones le sumamos los 2,000 millones que la Fiscalía dio al presidente luego de anunciada la rifa, dinero que se rescató de un fraude a Infonavit, pero que sabemos de sobra es dinero de las cuotas de los trabajadores, dizque para garantizar los premios, entonces ya no entendemos nada, pero con una simple operación matemática, salimos perdiendo.
Si se pagan todos los premios, las comisiones de vendedores, el avalúo y el mantenimiento del avión, el faltante en las cuentas públicas será de aproximadamente de 4,200 millones de pesos. Y desde luego sin entregar un peso para la compra de equipos médicos, salvo que alguno de los cachitos premiados caiga milagrosamente en algún hospital COVID. Esta sí que es una estafa maestra, donde el único ganador fue el merolico de palacio, que entretuvo al respetable por horas sin término en cuanta mañanera se le atravesó.
Pero el resultado de la estafa lo estamos sufriendo todos porque atestiguamos como se cae a cachitos el país, como todos los días perdemos en salud, en educación, en impartición de justicia.
Hecho cachitos el derecho a la salud por la negligencia e incompetencia del gobierno federal que nunca quiso enfrentar la crisis sanitaria con medidas que ya en otros países estaban siendo probadas con éxito. Aquí hemos tenido que bailar con la más fea. Ocupar el deshonroso primer lugar en muertes del personal de salud a nivel mundial, tener que tragarnos los interminables y mareadores rollos de Gatell, que hoy dice mil mentiras y mañana dos mil más, que lo único que le importa es quedar bien con su jefe y acumular popularidad.
Hecho cachitos el derecho a una vida digna. Millones de trabajadores que perdieron su empleo y no encontraron en el gobierno de Morena ninguna compasión. El Ingreso Básico Universal que podría aligerar su angustia, fue siempre votado en contra por la mayoría lopezobradorista en el congreso. Miles de micros y pequeñas y medianas empresas que sucumbieron al embate de la pandemia y que no recibieron del gobierno el auxilio que en otros países emergentes si les dio a sus emprendedores para salvarlos y con ello rescatar la planta productiva y el empleo. Ellos invirtieron el 5% de su Producto Interno Bruto en este rescate. En México ni siquiera el 1%.
Hecho cachitos Chihuahua, con el gobierno federal mandando a la Guardia Civil a perseguir y matar agricultores que solo reclaman su derecho a contar con el agua necesaria para regar sus tierras que literalmente mueren de sed con la sequía prolongada que están padeciendo.
Hecha cachitos la credibilidad del cuatrotero gobierno que no se cansa de construir novelescos entramados para acusar conspiraciones donde no las hay.
Hecha cachitos la obligada función gubernamental de ser mediadora y conciliadora en conflictos, la mayoría de ellos causados por la incompetencia e irresponsabilidad de sus soberbios e ignorantes funcionarios. Ahora López y sus burócratas de quinta, están tomando el papel de victimarios y queriendo hacerse pasar por víctimas.
Hecho cachitos el derecho a la libre expresión. El atril de las mañaneras se convierte en la inquisición que señala con índice de fuego a escritores, columnistas, editorialistas, reporteros y medios que se han atrevido a retratar la realidad y que con valentía se han negado a ser parte del coro de jilgueros que ensalzan al régimen.
Hechos cachitos estamos. Enfrentados, divididos, lastimados, heridos y hastiados de tener que soportar tanta calamidad.
Urge y era para ayer, sumar y conciliar, al menos a la parte agraviada por este desgobierno. Porque parece que no acabamos de entender la frase célebre de Nietzsche: “Cualquiera que sea el mal que puedan hacer los malos, el mal que hacen los buenos es el más nocivo de todos los males”. O dicho de otro modo “los muchos buenos son responsables del mucho mal que hacen los pocos malos”.
Si verdaderamente amamos a México estamos obligados a constituirnos en alternativa. El tiempo apremia. México vive, en nuestro corazón late más fuerte que nunca nuestro anhelo de construir la Patria libre, ordenada y generosa con la que soñaron nuestros antepasados, ¡QUE VIVA MËXICO!
*Los artículos son responsabilidad de quien los firma. Infozona no necesariamente comparte las opiniones vertidas
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