De un tiempo para acá, pocas han sido las películas que llegan de la nada y sosprenden a la audiencia. Una de ellas, titulada en inglés Now you see me, mejor conocida en México con el horrible nombre de Los Ilusionistas, sorprendió a propios y a extraños durante el 2013. Con una propuesta fresca y giros de tuerca inesperados, la película tuvo una excelente corrida en las salas nacionales y en el mundo entero, con lo que garantizó una secuela casi de inmediato.
Tres años después y con un nuevo director detrás de las cámaras, el 90 por ciento del elenco regresa para continuar con el relato de las aventuras de este equipo de magos, hipnotistas, acróbatas y ladrones.
Pero a los pocos minutos de que comienza la secuela se nota que el enfoque de esta continuación hace a un lado el estilo engañoso de la primera parte para enfocars en los 4 jinetes. Gran error.
Parte fundamental del éxito de la primera cinta fue el halo de misterio y engaño que envolvía a todo lo que los jinetes hacían en toda la película; al cambiar esto y hacer a los 4 magos el centro de atención, se elimina totalmente lo generado en la primera parte. A esto le sumamos que gracias a las redes sociales e internet nos enteramos de un spoiler que nos descompuso totalmente la experiencia (pista, es el personaje de Daniel Radclif).
A ello le sumamos que Isla Fisher no quiso participar en la secuela, por lo que los productores contrataron a Lizzy Caplan que, si bien no es mala actriz – además de que es muy guapa – pierde el elemento sensual y seductor del grupo.
Una vez que nos acostumbramos a que estos cambios metidos con calzador son irremediables, nos dejamos sumergir en la nueva trama que nos lleva a lugares que no conocemos, pero con situaciones que ya hemos visto antes, todo para prepararnos para un tercer acto en el que el verdadero villano es revelado y deja a nuestros héroes en jaque mate… o al menos esa era la idea.
A decir verdad, el principal antagonista de esta secuela es la existencia de esta producción. Now you see me fue creada como una historia completa y, al ser un éxito, los ejecutivos decidieron exprimir las carteras de la audiencia y apresurar la creación de una nueva historia a como diera lugar. Y cuando los estudios le dan mayor importancia a las ganancias que a ofrecer una historia bien armada, ya sabemos cuáles son los resultados.
Los ilusionistas 2 es un ejercicio más de mercadotecnia que de contar una historia que valga la pena. Lo peor, es que al querer sorprender al público con una revelación sorpresa hacia el final de la cinta, lo único que logran es terminar de decepcionar al público con un giro de tuerca innecesario y de muy mal gusto.
Es así como se le da en toda la torre a una franquicia que jamás debió existir. Los Ilusionistas es una excelente cinta de acción y aventura. Como tal, funciona de muchas maneras; su secuela, sin ser una aberración, es una copia lamentable que será mejor olvidar.
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