Tras la jornada de limpieza “Basura Chalenge”, en la que Vecinos Unidos por Santa Fe recogieron una tonelada de desperdicios, se percataron que las colillas de cigarro en los corporativos de la zona representan un grave problema, seña Patricia Lara, integrante de la organización.
Los empleados fumadores de estas firmas internacionales salen a la calle a fumar y tiran las colillas de sus cigarros en la banqueta, de las cueles muchas de ellas van a dar a las coladeras del drenaje, con el consecuente taponamiento y causa potencial de inundaciones.
En nuestro país, más de 50 por ciento de los cigarros se consumen en el exterior, y de éstos, únicamente un aproximado de 59 por ciento se deposita en ceniceros o basureros. Esto quiere decir que más de 4 mil millones de colillas acaban en los suelos de las ciudades de México.
Tan sólo una colilla de cigarro tarda de dos a 10 años en degradarse. Pero la verdad, es que el tiempo no es lo más preocupante de este asunto. Aquí lo que más influye es la toxicidad que las colillas de cigarro van acumulando durante los años. Para empezar, los filtros están hechos con acetato de celulosa, un elemento que por sí solo tarda más de 100 años en degradarse de manera natural.
Ante esta situación Vecinos Unidos por Santa Fe, señalan que “los corporativos en toda la zona deben tomar conciencia y hacer algo al respecto para que sus empleados fumadores, al tener solamente la calle como lugar donde pueden fumar, deben tener lugares dónde tirar sus colillas, y proveer y dar mantenimiento y limpieza a las zonas donde estas personas salen a fumar. Nuestras calles parecen ceniceros”, concluye Patricia Lara.
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