Por Alejandro Ruíz Robles
“¡UN TOQUE DE LOCURA!”
… ¡Y ASÍ ES!
Vivimos en un mundo frenético, caótico, acelerado y de apuros … ¡pero como lo disfrutamos!
Pareciera que a mayor complicación es más la satisfacción que sentimos por lograr nuestras tareas, sueños y realizaciones, tanto personales como profesionales.
Por extraño que parezca, podemos hablar de que estamos hartos de esto o aquello, pero a pesar de que pudiéramos liberarnos de ello, difícilmente optaríamos por tal opción. Quizás aceptaríamos reducirlo o descansar un poco; sin embargo, en el fondo disfrutamos esa rutina y si bien, incorporamos actividades o bien, modificamos algunas de ellas para hacerlas más llevaderas, en términos generales, estamos conscientes que, a pesar de renegar de esas complicaciones, nos gustan en mayor o menor medida y sin duda, eso le da sazón a nuestra vida.
Desde luego, hay quien ha logrado erradicar esos hábitos de un momento a otro de manera eficaz y eficiente, pero son los menos. Y obviamente, el costo de añorar lo prescindido tendrá que asumirlo.
Sabemos que las personas somos seres de hábitos … ¿a ti cuales son los que te generan más inquietud?
S.O.S.
Conocerte a ti y a tu entorno es tu punto de partida para avanzar otro escalón en tu camino; recordando la expresión de que: “paso a paso haces tu destino”.
Esto que puede resultar tan lógico, representa toda una complicación para muchas personas. Basta preguntarles la causa que los aqueja para escuchar el típico “no sé” y peor aún “nada”. Ante ello, simplemente no hay forma de ayudar a quien no proporciona elementos para tal efecto; ni hablar de que tenga o no la voluntad para intentar un cambio.
También se presentan los casos de quienes tienen perfectamente identificado su problema y al hablar de éste y sus alternativas de solución responden con el “bueno sí pero no”; es decir, más difícil, imposible. Saber que hay un problema, supondría que se requiere una solución; no obstante … ¿qué hacer para quien desea vivir con el problema como parte de su vida?
Ojalá fuera esto como los casos similares que se presentan con los niños pequeños, quienes lloran y están molestos y al cuestionarles sus padres o los mayores que les pasa, lo único que atinan a expresar es su molestia. De ahí que surja la magia parental y traten de distraerlos para que dejen su lamento, se olviden de él y pasen a ocuparse en algo que les atraiga y les cambie su sentir.
Tristemente, esa alternativa para los púberes no es la más adecuada para los mayores; de ahí que sea más complicado estar en condiciones de auxiliarlos.
En tu caso … ¿funcionan las distracciones para olvidar tus pesares?
¡SÓLO UN POQUITO!
¡Qué diferencia es cuando con honestidad sabemos la causa que nos quita el sueño y hay interés para afrontarla!
Tener como base este conocimiento nos ofrece la posibilidad de plantear opciones posibles para alcanzar una respuesta propicia; en el entendido que su implementación siempre tendrá un costo y no todos estarán dispuestos a pagarlo. De hecho, al momento de analizar las alternativas, siempre habrá posibilidad de invocar a milagros o misticismos para evitar el costo de un esfuerzo personal.
Siempre es motivo de risa escuchar: “bueno sí … pero poquito”; es decir, hay convicción del cambio, pero sólo desean que sea mínimo lo cual significa en el mejor de los casos una mínima satisfacción y un cuestionable cambio.
Independientemente de lo ambiguo que pueda representar entender la exacta dimensión del significado del “poquito”.
Hay quien considera que la mentalidad de cambio es tan difícil como reconocer la situación a modificar. Ambas son complicadas y requieren de gran valor; entendiendo que, si bien puede haber otros participantes de él, el verdadero responsable del comprometerse a cabalidad con ello, es cada uno de nosotros.
Y a todo esto … ¿eres una persona de cambio?
EL FAMOSO GATOPARDISMO.
Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957) expresaba una paradoja: «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie».
Esto que puede resultar profundo y complejo es simplemente “cambiar todo para que todo siga igual”; es decir, “más de lo mismo”.
En ocasiones escuchamos las palabras “cambio” expresadas sin mayor énfasis; hundidas en el vacío o bien, simplemente, expulsadas de la boca por no tener cabida en la cabeza o en el corazón. Ante la falta de compromiso, el vacío ahoga cualquier intención por transitar a otra etapa.
Por el contrario, a veces es tanto el impulso frenético de cambio, que obnubila la razón y únicamente presenta un escenario tan o más caótico que el inicial.
Si para los psicólogos, la resiliencia es la capacidad para superar circunstancias difíciles, es lógico suponer que ésta comprende una debida lógica y una voluntad comprometida.
La vida es un constante cambio para quien lo quiere ver o darse cuenta de ello; pretender aferrarse a lo mismo es encerrarse en un solo ciclo.
En ese sentido … si somos más grandes que nuestros problemas … ¿cuál es la razón para vivir a la sombra de éstos?
EL ARQUITECTO.
En cada uno de nosotros está la enorme cualidad de ser arquitectos de nuestro propio destino; tomémonos el tiempo para analizar, planear, diseñar y construir cada paso que demos e incluso, respirar y confrontar sus resultados. Si de ello se desprende una posibilidad de mejorar, asume el compromiso de ser tu mejor versión.
Hay quien dice que es una “chamba buscar chamba” y al parafrasearlo, señalaríamos que es una “gran chamba ser la gran persona que hemos soñado”; en el entendido que, si esto fuera sencillo o fácil, habría un mundo lleno de gente de calidad, pero no es así, desafortunadamente.
Es sabido que lo que viene fácil, fácil se va. Su explicación radica en que lo que no cuesta no se valora y una vez que se presenta, simplemente, no hay forma de apreciarlo.
Alguna vez escuche en la escuela que una monja nos platicaba que del ser humano había que esperar todo y para ejemplo de ello, nos hablaba del sorprendente evento de una pareja que, a pesar de vivir en el Paraíso, hicieron lo necesario para ser desterrados y vivir en lo imperfecto; es decir, si ellos que lo tenían todo, terminaron en la nada … ¿qué podemos decir de quienes para obtener algo están obligados a esforzarse?
… ¡Y ES POR TI!
Todos sabemos que algún día vamos a partir y por eso, debemos cada día despertar con las maletas hechas, nuestra alma plena y nuestras expectativas satisfechas.
Tener la voluntad para hacer nuestros sueños realidad, sin importar que llegue la partida en cualquiera que sea la fecha.
Si tú estás comprometido con ser la mejor versión de ti, notarás que resultan disfrutables tanto tus metas como tus esfuerzos, no hay instante que desechar.
Tú decides tu vida créelo y apoya a otros en su búsqueda y logros.
Recuerda que tan lamentable es no tener una vida propia como el pretender vivir la vida de otros; concéntrate en ti y bríndate la atención que mereces. ¡No hay razón para que abdiques de ese derecho!
…Y recuerda algo básico … el tiempo no regresa, la vida es para sentirla y disfrutarla y por más que la tengas y quieras encerrarla … simplemente avanza.
Errar es de humano, así que también es válido equivocarse y fallar, pero nunca será comprensible ver la vida como un error; máxime que es tan generosa, que, a pesar de todo, siempre nos presenta la posibilidad de cambiar.
Atrévete a disfrutar esta aventura llamada Vida con tu mejor versión de ti y al hacerlo … ¡SÉ FELIZ! … ¿TE ANIMAS?
atrévete a vivir y al hacerlo, sé feliz …
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Posdata: Agradezco a los medios de información peruanos consideren mi opinión ante las declaraciones de las autoridades en la relación México – Perú.
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