Auckland. El pago con datos biométricos como la imagen escaneada de la retina o las huellas digitales, es una tendencia que se acepta porque es «cool«, afirman millennials.
Pagar de esa manera evita problemas para los consumidores, por ejemplo darse cuenta cuando se va a pagar de que se olvidó la tarjeta bancaria o el número secreto de identificación.
Se trata de que los comercios atiendan las necesidades de la gente joven, afirmó Marty Kerr, gerente en Nueva Zelanda de la marca Visa al comentar la encuesta que levantó esa empresa entre nacidos de 1989 a 2000.
Es una manera segura, conveniente y «cool» de hacer pagos, dijo 62 por ciento de millennials entrevistados para el sondeo que este martes reporta la prensa neozelandesa.
Los jóvenes neozelandeses de entre 17 y 28 años de edad en 78 por ciento también indicaron que su teléfono inteligente es el equipo tecnológico favorito pues hace su vida más fácil.
En segundo lugar en cuanto a equipos preferidos figuraron las laptops pero con 10 por ciento, tres por ciento se inclinó por las tabletas y dos por ciento por los relojes inteligentes.
Destacó que entre las mujeres 83 por ciento prefirió los teléfonos inteligentes, mientras que entre los hombres la preferencia se ubicó en 73 por ciento.
Estas cifras explican que 79 por ciento haya dicho que no saldría de casa sin su celular, el cual ya usa para pagos 61 por ciento de quienes participaron en la encuesta.
El 51 por ciento indicó que su vida cambiará de manera significativa en los próximos cinco a diez años debido a la tecnología, porcentaje que subió al 60 por ciento entre los jóvenes de 18 a 24 años de edad.
En hábitos de consumo, 63 por ciento indicó que su dinero lo gasta sobre todo en alimentos, 47 por ciento en entretenimiento incluyendo salidas, 44 por ciento en viajes, 38 por ciento ropa y 34 por ciento equipos tecnológicos.
También en términos generales los millennials indicaron que tienen poca lealtad hacia las marcas, y 20 por ciento afirmó que no son leales a ninguna marca.
Lo que aleja a la población joven de una marca es una falla en el producto o servicio de que se trate con 68 por ciento, mientras que para 63 por ciento es un pobre servicio al cliente o altos precios.
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