Marcelo Ebrard anunció este martes que presentará su renuncia como secretario de Relaciones Exteriores el próximo lunes 12 de junio para dedicarse de lleno a sus aspiraciones presidenciales.
En un mensaje a los medios de comunicación en el hotel Hilton de la Ciudad de México, agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador «su confianza todos estos años” y dijo que así seguirá en el futuro.
Rodeado de simpatizantes que coreaban “vamos a ganar, vamos a ganar», Ebrard dijo que buscará enfocarse a partir de la semana entrante «con alegría y resolución a defender el proyecto que encabeza nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador».
Ebrard hizo oficial esta decisión que era esperada dentro y fuera de la Cancillería desde hacía semanas o meses. En un salón del Hotel Hilton de la Ciudad de México, a unos pasos de la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y acompañado de legisladores morenistas, como Malú Micher, exfuncionarios como el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, y exintegrantes de su equipo en la Cancillería, como Martha Delgado Peralta, Ebrard aseguró que desde la próxima semana su propósito será “dedicarme de lleno con alegría y resolución a defender el proyecto que encabeza nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador en toda la República Mexicana, las políticas y avances de la Cuarta Transformación, y también las propuestas sobre su futuro y cómo mantener la Cuarta Transformación no sólo en la conducción de México, sino en el ánimo y la conciencia de las y los mexicanos”.
Pero antes de dar a conocer que dejará el cargo, Ebrard dedicó unas palabras a despejar cualquier duda sobre el camino que seguirá: “Morena es un gran movimiento que crece cada día, uno que lucha por la regeneración de la vida pública, la democracia y justicia social en México. Como lo he hecho siempre, desde hace ya más de 20 años, también en esta hora trabajaré por la unidad, la fortaleza y la continuidad del movimiento del que formo parte”, dijo en un mensaje a los medios de comunicación en el que no hubo espacios para preguntas y que fue interrumpido constantemente por los gritos de “Marcelo, Marcelo” y “Vamos a ganar” de sus simpatizantes.
En un cuidado discurso que abrió reiterando sus felicitaciones a Delfina Gómez por su triunfo electoral del domingo y el cual pronunció consultando constantemente unas notas que traía en las manos, Ebrard se refirió constantemente al presidente López Obrador, a quien expresó su agradecimiento y afirmó que defenderá el proyecto de transformación que encabeza.
“Quiero agradecer muy especialmente al presidente López Obrador su respaldo, su confianza, su generosidad, su orientación y su cercanía todos estos años, y así seguiremos los años por venir”, aseguró.
“Gracias a ese proceso de transformación, en el que he vivido también el privilegio de acompañar al presidente López Obrador, hoy podemos plantearnos que México alcance su grandeza, que se erradique la pobreza extrema, que se instale para siempre y permanezca la separación entre los intereses y el espacio y las decisiones públicas, y que estemos orgullosas y orgullosos de nuestro movimiento, y que el día de mañana digamos que aquella fue nuestra hora mejor, cuando México alcanzó su grandeza”, exclamó.
El día de hoy les digo: me entusiasma participar en este gran movimiento, Morena; me entusiasma y me enorgullezco de ser parte de la Cuarta Transformación y también me entusiasma actuar con congruencia respecto a lo que hemos propuesto. Por eso me separo del cargo y voy a encontrarme con las ciudadanas y ciudadanos”, dijo Ebrard.
Expresó su confianza en el que domingo que viene cuando el Consejo Nacional de Morena se reúna para definir la convocatoria y las reglas para la designación de su abanderado presidencial, se concretará “una propuesta unitaria, en la que coincidamos que garantice equidad, transparencia y reglas claras porque nuestro movimiento tiene y sostendrá y defenderá su autoridad moral”.
Dijo que está “muy contento” porque ve con claridad que el Consejo adoptará “las propuestas que hicimos desde diciembre del año pasado”: que los aspirantes a la candidatura se separen de sus cargos públicos “para que haya equidad en el proceso interno”, que expongan y contrasten en público sus propuestas y que la encuesta a realizarse sea amplia, transparente y verificable, idealmente con una sola pregunta.
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