Ciudad de México. El juego de pelota en las civilizaciones prehispánicas no consistía en sólo un evento deportivo, tenía también una importancia cultural, política y económica; desde hace tres mil años forma parte del entramado de prácticas ancestrales que dan identidad a los mexicanos.
El Juego de Pelota Mesoamericano Ulamaztli, a celebrarse en Teotihuacán a partir de hoy, busca evidenciar la importancia de conservar las raíces mexicanas, por lo que este encuentro participarán jugadores de las ramas varonil y femenil de Chiapas, Sonora, Tabasco, y Yucatán, así como de Sonora, Tlaxcala, Veracruz, Tabasco y Quintana Roo.
La segunda edición del campeonato Nacional de Juego de pelota Mesoamericano, organizado por Noches Mágicas de Teotihuacán, pretende reproducir el deporte ancestral, el cual estaba originalmente conformado por dos equipos de entre dos y cuatro integrantes en promedio, los cuales se disputaban una pelota de piedra con sus caderas.
Al tratarse de una práctica que se celebraba en diversas regiones de Mesoamérica las reglas del juego y otros aspectos como las dimensiones del campo de juego y vestimenta tienen modificaciones; sin embargo, considera los planos de las deidades, los hombres y el inframundo citados en el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas.
En la actualidad, este juego se lleva a cabo en Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Baja California Sur, Nayarit, Hidalgo, Guadalajara, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Chiapas y Quintana Roo, aunque también se realiza en Francia, España, Suecia, Suiza, Belice, Guatemala y Honduras, entre otros.
El evento, que en esta ocasión se lleva a cabo en el deportivo Braulio Romero, a cinco minutos de la zona arqueológica de Teotihuacán, ofrece además de torneos de pelota, sesiones de musicoterapia colectiva, espectáculos de danza, temazcales, guías energéticas y armonizaciones, así como área de acampar y los costos del acceso van desde 120 hasta 190 pesos.
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