Washington. La muerte de Fidel Castro no tendrá mayor impacto en el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y para el presidente electo Donald Trump no será fácil dar marcha atrás sin generar malestar, consideraron expertos.
El deceso del nonagenario líder reavivó este sábado las expectativas sobre la política que seguirá Trump, quien durante la campaña electoral planteó revertir el acercamiento, promovido por el presidente Barack Obama y el gobernante cubano Raúl Castro.
«Lo que es claro es que Fidel dejó el escenario no solo hoy, sino hace diez años, y si bien era una especie de conciencia ideológica de la revolución y respetado como el padre de la revolución, no creo que tuviera mucho qué ver con esta apertura», dijo Eric Olson, director adjunto del programa para Latinoamérica del Centro Woodrow Wilson.
La irrelevancia de Fidel Castro en este proceso quedó asentada durante la visita de Obama a la isla en marzo pasado para conmemorar el primer año del restablecimiento de relaciones, sin que se reuniera con el líder que sobrevivió a diez administraciones estadounidenses.
Durante la campaña, Trump aludió la posibilidad de revertir el restablecimiento de relaciones con Cuba hasta que el régimen cubano acepte sus demandas, sin que se sepa cómo lo hará.
El escenario podría tornarse más claro cuando Trump nombre al futuro secretario de Estado, y al encargado para el Hemisferio Occidental, responsable directo de ejecutar la política hacia la región.
Dos de los potenciales candidatos considerados son el excandidato presidencial Mitt Romney, y el exalcalde de Nueva York, Rudolph Guliani.
Para Julia Sweing, investigadora de la Universidad de Texas, echar atrás esta política no será fácil para Trump, debido al cambio demográfico en la comunidad cubano-estadunidense y la enorme aceptación que ha tenido el acercamiento entre el exilio cubano.
Los viajes entre Estados Unidos y la isla, en su mayoría de cubanos que visitan familiares en la isla, aumentó 80 por ciento en el último año, generando una demanda en las aerolíneas autorizadas para operar en la isla, que ahora suman más de cincuenta vuelos semanales.
«Creo que será difícil para Trump revertirlo, aunque ciertamente puede intentarlo», dijo Sweig a la cadena de noticias CNN.
Olson consideró que este momento debe ser de reflexión sobre las implicaciones de Fidel Castro en la historia mundial del último medio siglo, pues es poco lo que se puede anticipar de Trump en un tema que ocupó un lugar marginal durante la campaña presidencial.
«No creo que tenga mayor impacto para el futuro de las relaciones, porque la apertura la buscó y la logró su hermano Raúl. Fidel intentó con 10 presidentes abrir espacios de diálogo y nunca lo logró, a veces porque no quería o porque las condiciones no lo permitieron, pero en esta apertura él no jugó ningún papel», reiteró.
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