Los vendedores ambulantes en la zona de Santa Fe representan un problema que desde hace 30 años no ha podido ser solucionado.
Algunos vecinos como Herman Ciprés consideran que se debe a la derrama económica que el comercio informal deja a los funcionarios de los gobiernos de las ahora alcaldías de Cuajimalpa y Álvaro Obregón, cuyas administraciones llevan menos de dos meses, pero que no han abordado el problema.
Los colonos se quejan por la obstrucción de vialidades y por la imagen urbana que no corresponde con los edificios de corporativos empresariales y una de las zonas residenciales de mayor plusvalía de la Ciudad de México.
Por otra parte, los empleados de dichas oficinas son quienes compran en los puestos ambulantes, en su mayoría de comida, debido a que el comercio establecido no está al alcance de sus ingresos.
Esta situación ha prevalecido desde el mismo origen de la zona de Santa Fe y no ha podido ser solucionado.
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