El 2016 ha sido implacable en cuanto a decesos. Ni bien nos habíamos resignado a la partida del Duque Blanco (David Bowie), cuando nos sorprendió el deceso de Allan Rickman. Y así nos ha acostumbrado este año, a que mes con mes nos dejan personalidades muy queridas que formarán por siempre parte de la cultura pop.
Y para no perder esa lamentable costumbre, el 13 de agosto, perdimos a uno más que, en lo persona, duele en lo más profundo. Kenny Baker, actor inglés nacido en 1934, falleció a los 83 años debido a complicaciones derivadas de una enfermedad pulmonar que lo aquejaba desde hace tiempo.
Baker participó en diversas cintas, tales como Time Bandits, los Goonies, Flash Gordon, Willow y Amadeus, pero es Star Wars la cinta que lo lanzó al estrellato al interpretar a uno de los personajes más queridos, no sólo de la saga galáctica, sino del cine en general, R2-D2.
Baker fue elegido como parte del elenco original de A New Hope debido a su corta estatura, ya que sus medidas eran perfectas para operar al androide desde adentro. Existen multiples historias y relatos sobre lo incómodo que fue grabar dentro de una lata de metal en las altas temperaturas del desierto, así como su incapacidad de poder moverse con libertad en el set. Asimismo, la enemistad generada con otros miembros del elenco – Anthony Daniels, sobre todo-, hicieron del histrión pieza clave de las precuelas, en las que alternaba con otros androides manejados por control remoto.
En The Force Awakens se le da crédito como quien interpreta por séptima ocasión al atromech droid, pero en realidad fue un homenaje, pues su enfermedad no le permitió permanecer activo todos el tiempo necesario para terminar el rodaje.
Corto del realizador Evan Atherton
Baker era asiduo asistente a convenciones de fans, en donde saludaba y conversaba con miles y miles de seguidores, con quienes gustoso se tomaba fotos y firmaba piezas que se convertían en automático en coleccionables invaluables.
Como dato personal, tuve la oportunidad de conocerlo en una convención organizada hace varios años en el Parque Naucalli. En ese tiempo no tenía mucho dinero, pero tenía al menos una cámara con 12 exposiciones y estaba decidido a tomarle al menos una foto. Acudí también armado con una grabadora, con la cual le realicé una pequeña entrevista, misma que está guardada junto con el R2-D2 que tuve la suerte de que me firmara sin que me costara un sólo centavo, gracias a su esposa.
Es por todo ello que esta semana le quiero dedicar este espacio al actor que ayudó a crear a uno de los íconos más grandes del cine y con el que millones de personas crecimos, admiramos y amamos.
Mi más sincero pésame a sus familiares y personas cercanas.
Que la Fuerza lo acompañe.
Sigue a Israel Zepeda en Twitter: @i_Zepeda

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