Ana Teresa Aranda Orozco
Primero intentó distraer del desastre económico a la opinión pública con sus insustanciales mañaneras, todos los días con anuncios espectaculares fruto de sus ocurrencias y de esa incontinencia verbal que le aqueja: que no viviría en los Pinos porque era un exceso, que rentaría una casita cerca del zócalo, luego que mejor no, que lo más conveniente era adaptar su humilde aposento ¡en Palacio Nacional!; que si el SAE se convertiría en el Instituto para devolverle al pueblo lo robado y empezó a subastar cuanta cosa de valor le pasó por enfrente; que haría ooootra vez consulta popular gansito para decidir el futuro de la construcción de una presa o la puesta en marcha de la multimillonaria inversión de una planta cervecera; que el avión se iba a la Unión Americana para ser vendido, que ya salieron varios compradores, que no, que mejor lo rifaría, pero que no lo entregaría a los ganadores, que mejor les daría el dinero; que Rosario está en la cárcel sin importar si se violó el debido proceso; que le daría cran al Seguro Popular pero que en su lugar surgiría el INSABI, que nos garantizaría una atención como de primer mundo y así hasta el infinito.
Todo eso y no fue suficiente, alarmados como ya estábamos con la debacle de la economía, ahora le añadíamos el colapso en los servicios de salud, por un lado se disminuía drásticamente el presupuesto para el sector, por otro se le entregaba la compra consolidada de medicamentos e insumos a Hacienda, que no tenía ninguna experiencia en el tema, si no podían surtirse medicamentos para curar enfermedades comunes menos para los tratamientos de padecimientos graves como el cáncer, la diabetes, la esclerosis y un largo etcétera.
En esas estábamos cuando nos atropelló la pandemia. Entonces las maromas tuvieron que alcanzar desmesuradas proporciones, porque ¿cómo anestesiar al pueblo para que los análisis de verdaderos científicos, las denuncias de periodistas sobre las carencias de equipos de protección para el personal de salud, la falta de atención en centros hospitalarios, el creciente número de contagios y muertes no fueran el centro de la atención y le robaran protagonismo al comediante de palacio?
Decidieron que lo mejor era profundizar la lucha contra la corrupción, esa que desde la campaña fue la bandera consentida para derrotar al gobierno en turno. Y no les faltaba razón. Todos estamos hastiados de la forma como en nuestro país se había enraizado este flagelo. Para allá se dirigieron todos los esfuerzos. Lozoya se convirtió en el héroe de la película. Sí, un delincuente confeso es ahora el adalid de los cuatroteros, que con su lengua viperina está cantando la melodía dictada desde palacio con la invaluable ayuda de la fiscalía, que de autónoma tiene lo que Lozoya de honesto.
La mayoría de los nombres involucrados en la denuncia son militantes de Acción Nacional, el partido que más posibilidades tiene de ser su competencia en el 2021. Los panistas mencionados ya se deslindaron y prometen dar una lucha sin cuartel para probar su inocencia. Del PRI está Peña Nieto y Luis Videgaray y algún otro. Y no podía faltar Felipe Calderón, el culpable de los infartos e insomnios del presidente. Vaya, hasta ha anunciado que para septiembre y esta debe ser una instrucción dictada a sus achichincles en el Congreso, un 33% de los legisladores deben solicitar la Consulta para llevar a juicio a expresidentes, si no lo hacen, el mismísimo que ha dicho que no perseguiría el pasado se verá en la necesidad de solicitarla, aunque advirtió él votará en contra. O sea, te subo al cadalso pero no suelto la cuerda, solo la aprieto suficientemente a tu cuello para que dejes de respirar. A este sujeto se le olvida que, como reza el popular adagio, los carniceros de hoy serán las reses de mañana.
De ese tamaño es ya la maroma para ocultar el escenario catastrófico, que en palabras de Gatell, significan las más de 60,000 muertes por COVID19, los casi 600,000 contagios y la quiebra económica del país.
Cómo me encantaría que como consecuencia de todo este sainete de verdad se fuera a fondo en la lucha contra la corrupción, que se investigara y se castigara a los verdaderos culpables. De la corrupción de ayer sí, pero también de la que hoy seguimos padeciendo, porque los mismos que señalan con índice de fuego a los probables delincuentes de antaño, tienen pretextos y justificaciones para disculpar de sus trapacerías a sus propios corruptos. Así que mejor no nos engañemos, en el circo presidencial la justicia no forma parte del guion. Todo lo que estamos viendo es parte del espectáculo. Si llega a ofrecerse Peña o Videgaray irán a la cárcel y luego como Elba Esther, saldrán fortalecidos y con las alforjas llenas.
El gobierno de Morena concentró una buena cantidad de estiércol, los adversarios de López tienen montañas también, ya empezamos a atestiguarlo. López encendió el ventilador y sus enemigos los imitaron. La materia fecal inundará el ambiente y nublará la visión. En este putrefacto ambiente recibiremos el proceso electoral. No sé, pero se me antoja que lo que buscan Andrés y sus secuaces es que la decepción y el hartazgo sean tales que a las urnas solo lleguen los votos comprados con los programas sociales movilizados por sus Seguros Servidores de la Nación.
Así que no tenemos alternativa, estamos obligados a trabajar sin descanso para echarles a perder la fiesta con la que pretenden festejar su permanencia en el poder. Los queremos fuera y para poder cantarles las golondrinas necesitamos estar atentos, no caer en su juego, hacer de nuestra participación una auténtica lucha 24X7. Despertar conciencias, mover voluntades, prepararnos para la madre de todas las batallas y derrotarlos democráticamente en las urnas.
¡ES POR MÉXICO, SÍ SE PUEDE!
*Las opiniones de los articulistas no corresponden necesariamente a la línea editorial de Infozona.mx, se publican es apego estricto a la libertad de expresión
Add Comment