Wellington. Una pareja de amantes de la pizza se convirtió la mañana de este miércoles en los primeros clientes en recibir su pedido gracias a un dron.
El pedido fue hecho desde Whangaparaoa, una localidad suburbana en la norteña ciudad neozelandesa de Auckland, y tras la preparación, la entrega demoró menos de tres minutos.
Se trata de la segunda fase de esta nueva modalidad de servicio a domicilio, explicó Scott Bush, gerente general de la firma Domino’s que lleva adelante este proyecto en alianza con Flirtey.
Flirtey es una empresa con sede en Reno, Nevada, que busca construir la industria de la entrega de productos como alimentos o medicinas gracias a los drones, de acuerdo a su página electrónica http://flirtey.com/.
El pasado marzo recibió la autorización de las autoridades de aviación civil de Estados Unidos para realizar entregas en ese país.
En la prueba una nave de seis motores transportó un paquete con una botella de agua, comida de emergencia y varios productos de primeros auxilios.
La selección de esos productos marcó la visión de la empresa para reinventar la entrega de ayuda humanitaria, pero también de productos al menudeo y alimentos.
Ahora tocó a la cadena de pizzas en Nueva Zelanda hacer su primera entrega, en el marco de su estrategia para que en un plazo de dos años todos sus pedidos sean entregados a domicilio.
Los objetivos de su proyecto «3-10» son que en mostrador la pizza se entregue en tres minutos y en dron en 10, pero con la meta de reducir ese tiempo a ocho y hasta a siete minutos.
De acuerdo con el fabricante de pizzas, este tipo de entrega es seguro y rápido, y abrirá oportunidades de empleo, además de que permitirá evitar congestionamientos de tráfico, señaló la publicación Rodney Times.
Sin embargo, el galardón de la primera entrega en un dron ya se encuentra en disputa, pues en mayo de 2014 una pizzeria de la ciudad india de Bombay hizo su primer reparto, e inclusive grabó un promocional que se puede ver en Youtube.
El restaurante Francesco hizo la entrega el 11 de mayo de 2014 a un cliente distante un kilómetro y medio de sus instalaciones.
Ese reparto generó una severa llamada de atención de la policía de Bombay, pues reclamó que no hubo solicitud de permiso y se generó una amenaza a la seguridad, reportó en esa ocasión el diario The Hindu.
La policía de Bombay elevó sus controles tras los ataques terroristas que iniciaron el 26 de noviembre de 2008 y duraron cuatro días.
La decena de ataques coordinados estuvo a cargo de la organización islámica radical Lashkar-e-Taiba con sede en Pakistán, y dejó 164 muertos y al menos 308 heridos.
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