Ciudad de México. Aun cuando el nuevo secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Luis Videgaray, busque aprender todo sobre su cargo con ayuda de asesores y diplomáticos, en la aceptación de su nombramiento se percibe una «mezcla de ignorancia con soberbia», lo cual no permite ser optimistas con el panorama para México, señaló en la Universidad Iberoamericana Agustín Gutiérrez Canet, quien hasta junio pasado se desempeñó como embajador de México en Rumania.
El diplomático, ahora retirado, ingresó al Servicio Exterior Mexicano en 1979, es egresado de la Licenciatura en Comunicación por la IBERO, donde fungió como director del Departamento de Estudios Internacionales entre 1997 y 2001. En su larga carrera ocupó cargos como embajador de México en Finlandia, Irlanda y Rumania, otros puestos diplomáticos en Italia y España, además de haber sido coordinador de información internacional de la Presidencia de la República de 2003 a 2005.
“Hay una confusión enorme entre ser diplomático y ser obsecuente. El diplomático está para defender los intereses de México ante quien sea, basándose en los principios del Derecho Internacional. Y uno de ellos es el de la reciprocidad”, apuntó el experto, quien subrayó que todo Estado que reciba represalias tiene el derecho de responder de forma proporcional, bajo las reglas del Derecho Internacional.
“Ser diplomático no es ser pusilánime, ni miedoso. Quien tenga miedo de defender los intereses de México no es un diplomático, es un traidor”, añadió.
Para desempeñar el cargo de esta cartera es importante contar con una formación sólida y conocer los derechos y obligaciones del país, indicó el experto, quien en su reciente columna para Milenio señaló que “asumir el cargo de secretario de Relaciones Exteriores (SRE) implica para un diplomático profesional haber tenido una experiencia de al menos 25 años, luego de lograr ser ascendido en la carrera hasta el cargo de embajador, y aprobado exámenes para ingresar al Servicio Exterior Mexicano. Pero otros llegan a ser canciller sin haberlo soñado, por la exclusiva facultad del presidente de nombrar a alguien de su confianza”.
El nuevo secretario deberá comprender rápido que es un error creer que “si se le sonríe a Trump cambiará de opinión”, mandatario electo cuya estrategia es, antes de negociar, «golpear con injurias y descalificaciones».
Si Donald Trump hace realidad sus amenazas, el gobierno mexicano podría denunciar al estadounidense ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por violar las reglas del comercio internacional y el Tratado de Libre Comercio, dijo. Lamentablemente, no será fácil romper el eslabón que México mantiene con Estados Unidos, ya que el país “se acostumbró en ir en el último vagón del tren de la economía americana”, puntualizó.
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